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Breve crónica de una decepción

Eugenia Ogarrio Calles



El año pasado acababa de tomar posesión, después de anuncios de posible anulación que no se concretaron, la nueva administración de la Alcaldía.


Se acercaba la celebración del Día de los Muertos, que desde la producción de la película Spectre de James Bond se había trastocado el sentido de la misma, convirtiéndolo en un aquelarre grotesco que acababa produciendo situaciones de enorme riesgo para los habitantes del Centro Histórico y los visitantes. Preocupados y deseando contribuir en la organización de los festejos, sobre todo para asegurar el respeto y observancia de las normas de Protección Civil, enviamos un oficio al Sr Alcalde, pero no obtuvimos respuesta.


Este año, para las fiestas para conmemorar la independencia, integramos un grupo de vecinos que logramos acreditarnos para formar parte, sobre todo, del comité de vigilancia y verificación. Presentamos varios puntos que considerábamos esenciales para salvaguardar la seguridad de vecinos y visitantes. Todos menos uno, fueron aceptados por las autoridades.

Llego el día 14, día que se acordó acompañaríamos a los funcionarios a observar la designación de los sitios que ocuparían los vendedores que previamente habían obtenido el permiso para instalarse y entonces fuimos testigos de una desorganización que acabó en un verdadero caos, pues se presentó una gran cantidad de vendedores que no contaban con permiso y exigían se les asignara un lugar. No cuento con pruebas, pues después de un tiempo nos retiramos, acordando que al día siguiente, ya 15 de septiembre, con esta situación “resuelta”, nos daríamos una vuelta con las autoridades para verificar que todo estuviera en orden, de acuerdo a las normas de Protección Civil; pero por lo que al día siguiente vi, puedo asegurar que todos acabaron instalados.


Ese día a las dos de la tarde, cuando ya habían cerrado muchas calles a la circulación y todos estaban ya operando, sólo dos de los integrantes del grupo nos presentamos para realizar las vueltas de verificación. Nunca encontramos a ninguna autoridad y constatamos que una vez más pasaríamos unas fiestas agobiados y con temor a que se presentara un accidente, pues vimos tanques de gas de mayor tamaño que el reglamentario, falta de extintores y hasta venta de bebidas alcohólicas en la vía pública.


Anticipé que las autoridades nos presentarían la coartada de siempre: “nos vimos rebasados”. Para su descargo tengo que decir que sí instalaron un módulo médico en el Parque Hidalgo. Ojalá lo visto y aprendido de esta experiencia nos ayude a trabajar mejor, vecinos y autoridades, para asegurar la protección de nuestros vecinos y visitantes durante las siguientes fiestas.




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