Carmen Aguilar
El Río Magdalena, único río vivo que atraviesa la Ciudad de México, nace limpio en el Cerro de San Miguel, en la Sierra de las Cruces, Cuajimalpa. Tiene una longitud de 20 km hasta que ingresa al drenaje en Río Churubusco. Recuperarlo es recordarnos la importante cuenca hidrológica que cruzaba la Ciudad de México en todas direcciones y que actualmente ha sido sustituida por grandes avenidas y vías rápidas; en otras palabras, por el asfalto.
La cuenca está localizada en una zona de Reserva Ecológica, actualmente en proceso de deforestación y, a pesar de que su flujo es permanente, ha sido invadido por la mancha urbana. El río corre a cielo abierto por la Alcaldía Magdalena Contreras hasta la Presa Anzaldo y de ahí el siguiente tramo fue entubado en la década de 1930, para después volver a salir a la superficie en Panzacola, en la esquina de Francisco Sosa y Avenida Universidad, en Coyoacán. De ahí, atraviesa el Vivero Forestal y desemboca en Río Churubusco. Estos tramos a cielo abierto están considerados como drenajes, ya que a lo largo de su recorrido se descargan desechos de todo tipo, así como basura. Recuperar el río de esta situación ha sido muy difícil, ya que atraviesa las alcaldías de Cuajimalpa, Magdalena Contreras, Álvaro Obregón y Coyoacán.
Recientemente, la Alcaldía de Coyoacán, la Comisión de Derechos Humanos y el Gobierno de la Ciudad de México han respondido al llamado que los vecinos de la zona han hecho por su rescate; esto ha facilitado la recuperación de estos márgenes, reubicando a las personas indigentes y facilitando las tres Jornadas de Limpieza organizadas por los vecinos para limpiar y reforestar este espacio, antes caracterizado por la invasión de ratas, otras especies de fauna nociva, basura y todo tipo de deshechos.
El siguiente reto es la limpieza del cauce del río, cuando menos para riego, lo que evitará el olor nauseabundo, que despide sobre todo en época de estiaje, y a prevenir incontables daños a la salud a los que están sujetos quienes por ahí circulan. La propuesta incluye además proporcionar un sitio de paz y disfrute para los vecinos y visitantes de la zona.
La desembocadura del río en Panzacola coincide con la entrada a la Alcaldía de Coyoacán y a la calle más emblemática de la misma: Francisco Sosa. Ahí se encuentra un puente de factura colonial y la Capilla de San Antonio de Padúa, del S. XVII. Este entorno histórico y patrimonial nos obliga a priorizar su recuperación, pues fue aquí, en Coyoacán, donde Cortés estableció el Primer Ayuntamiento hace casi cinco siglos, además de haber sido asiento de una importante población y cultura indígena.
PARA VER MÁS FOTOGRAFÍAS E INFORMACIÓN DE LA LIMPIEZA, ENTRA EN EL SIGUIENTE ENLACE: http://bit.ly/limpiezariomagdalena